INFINITAS GRACIAS, FORGIVERS

Para escribir estas líneas, he necesitado dejar pasar unos días. Si hubiera escrito hace una semana, tan sólo habría sido capaz de decir: GRACIAS. No me salía nada más… y nada menos. Ahora intento traducir lo que esa palabra significa hoy, en INFINITO + 1.

El miércoles pasado nos despertamos con la sorpresa: quedando aún dos días de campaña, habíamos alcanzado el reto de financiación popular (“crowdfunding”), gracias a 1.045 personas que se habían sumado a este precioso proyecto, titulado EL MAYOR REGALO, una película que promoverá el perdón, como vía eficaz para recuperar la paz perdida. Cinco días después, mientras escribo estas líneas, ¡siguen llegando donaciones! ¡Porque hay personas que desean construir desde ahora el siguiente reto: completar la financiación que nos permitirá distribuir EL MAYOR REGALO por todo el mundo! ¡Ya son 1.142 personas! Por tanto… necesito escribir con al menos 1.142 signos de exclamación… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Además de “gracias”, hay otra palabra que expresa bien lo que estamos viviendo. Esa palabra es IGLESIA. Me explico… Hubo un tiempo, en que decir “Iglesia” significaba… “ellos, no yo.” La Iglesia, en el vocabulario popular, se traducía por “ellos”: el Papa, los obispos, los curas, las monjas, los frailes, las instituciones eclesiásticas… pero yo no, ni siquiera perteneciendo a la Iglesia, por estar bautizado. Muchos hablábamos de la Iglesia sin implicarnos en sus logros ni en sus derrotas, sin participar en su misión, como quien observa y juzga un ente ajeno, o un partido de fútbol desde la grada. “La Iglesia dice…”, “La Iglesia debería…”, “la Iglesia hace…” Y el drama, al hablar así, es que los mismos miembros de la familia de Jesucristo, los mismos que hemos recibido el don de ser sal y luz del mundo sin mérito alguno, por puro don del Cielo… hayamos sido quienes hayamos dicho tantas veces “la Iglesia…” sin sentirnos parte de ella, a pesar de serlo, con tanta plenitud como el mismísimo San Pedro. La Evangelización, era cosa de ellos… de “la Iglesia”. Pero eso… por fortuna… ¡¡se está acabando!! Una prueba clara es el éxito de esta campaña de “crowdfunding”. Personas inclasificables, sin “pedigree” alguno, sin ningún tipo de «respaldo oficial» (salvo la misión universal encomendada por Jesucristo), se han sumado a este proyecto evangelizador… por puro amor a Dios, por puro amor a las almas, con plena libertad y responsabilidad, sin que nadie se lo exija. ¡Qué maravilla! ¡Somos Iglesia!

Es cierto que aún quedan tantos cristianos, tantos bautizados, que siguen sin sentirse herederos y administradores de los tesoros del Cielo en la tierra… pero se aprecian signos claros de cambio de actitud: tantas personas -sobre todo, jóvenes- que, sin pertenecer al estado clerical, sienten, viven y hablan como miembros plenos de la Iglesia, a la que aman, en la que viven y a la que sostienen e impulsan. Cada uno, desde su posición, sin que nadie sea más importante que nadie. “Quien quiera ser el primero, que sea el último”. Una jerarquía maravillosa y necesaria, en la que el Papa es “el siervo de los siervos de Dios.” Y en la que, todos los demás… hemos de hacer lo mismo: servir. ¿Se comprende por qué hoy me viene a la cabeza, al corazón y a la boca esa palabra: IGLESIA? Porque detrás de cada donación al proyecto de EL MAYOR REGALO, hay una persona que participa activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia, sin limitarse a observar, a aplaudir, a criticar… sino que se implica personalmente en un proyecto concreto de evangelización, sin que nadie le obligue a ello. Cada uno aporta algo que podría parecer insignificante para resolver las heridas profundas del mundo… pero que al sumarse con otra aportación… y con otra… y con otra… puede alcanzar un resultado de valor incalculable, infinito. ¡¡¡UN GRAN EQUIPO, EN EL QUE NADIE SOBRA, IMPULSADO LIBREMENTE POR EL ESPÍRITU SANTO!!! ¡¡¡ESO ES LA IGLESIA!!!

Hoy, en INFINITO + 1, nos sentimos amados, acompañados, abrazados, estimulados a seguir adelante con alegría… hoy nos sentimos Iglesia.

INFINITAS GRACIAS a cada una de las personas que ya os habéis sumado a INFINITO + 1, desde el primer día en que nació esta iniciativa del Cielo. GRACIAS a las 10 personas que os sumasteis hace 8 años, cuando el plan sonaba a locura imposible, a fracaso garantizado. Sin vosotros, jamás habría existido LA ÚLTIMA CIMA, ni ninguna producción posterior. GRACIAS a los que os sumasteis en 18 países diferentes, promocionando aquella primera película, con un esfuerzo asombroso y humilde con el que lograsteis abrir tantas salas de cine que parecían cerradas a propuestas de contenido espiritual. GRACIAS a las 30 personas que, tres años después, os sumasteis con vuestras aportaciones económicas al proyecto de TIERRA DE MARÍA, para anunciar al mundo entero que esa mujer no es un recuerdo del pasado, sino una madre auténtica, que está junto a cada persona, sin excepción, hoy. GRACIAS a quienes, ¡¡en 28 países!!, lograsteis su estreno y promoción. GRACIAS a los 400 insensatos de una parroquia de Arizona, que financiasteis FOOTPRINTS, la película sobre la experiencia espiritual de peregrinar en el Camino de Santiago. Y GRACIAS, ahora, a las 1.142 personas que ya os habéis implicado en la financiación de EL MAYOR REGALO, aportando dinero para que podamos hacer esta película, para que el ejemplo del perdón llegue hasta el último rincón del mundo. GRACIAS a quienes habéis dado a conocer la campaña de “crowdfunding”, a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. GRACIAS a los que habéis donado alguna cantidad por Internet, por transferencia bancaria, por correo postal o directamente en mano. GRACIAS a aquel mendigo que se convirtió en el primer donante de la Fundación INFINITO, cuando me entregó 20 pesos (1 euro) mientras me decía, en la calle: “tome esto, para que siga haciendo películas.” GRACIAS especiales a San José, a cuya intercesión encomendamos el sostenimiento económico de este proyecto y de INFINITO + 1. Gracias a María, Reina de la Paz, a quien pedimos que oriente todo nuestro trabajo, para que EL MAYOR REGALO acaricie muchos corazones heridos, corazones en guerra, y les consuele y llene con la fortaleza del perdón. GRACIAS a Dios, nuestro Padre, nuestro Redentor, NUESTRO AMOR INCONDICIONAL Y ETERNO.

Celebramos vuestro cariño confiado… y sin perder un sólo día ya hemos dado los primeros pasos en la producción de EL MAYOR REGALO. Esta semana hemos filmado en Francia, con uno de los protagonistas de la película: Tim Guénard, autor del libro autobiográfico “Más fuerte que el odio”. (ver foto inferior). Con él, en un entorno precioso, hemos empezado el reto de hacer una magnífica película, que mueva los corazones al perdón. Para lograrlo, necesitamos mantener siempre activo un “crowdfunding de oraciones”, pidiendo al Cielo la ayuda que necesitamos para vencer las dificultades que surjan, empezando por nuestros propios pecados y errores, que no deseamos cometer, pero sin duda cometeremos y corregiremos. Pedimos perdón por adelantado… y sigamos unidos durante todo el proceso.

¡Luces!… ¡sonido!… ¡cámaras!… ¡ACCIÓN!