REZAMOS UNIDOS

Siendo nuestra misión el anuncio de las buenas noticias del Evangelio,
tiene sentido que recemos. Jesús dice: «Sin Mí, no podéis hacer nada».
Por eso, te invitamos a rezar con nosotros, una vez a la semana.
Escoge el día y la hora que prefieras. Te recordaremos tu cita
semanal y te pediremos que reces por algo concreto,
que nos une a todos en INFINITO + 1.
Porque la familia que reza unida, permanece unida.

Descubre aquí dos oraciones propias de la familia de INFINITO + 1:  

ORACIÓN DE LAS LOCOMOTORAS

Gracias, Padre nuestro, por proteger a la familia de INFINITO+1, que Tú mismo has formado en el corazón de la Iglesia.

Fortalece el amor con el que nos has unido, para  que evitemos toda posible división y, si alguna vez sucediera, la superemos con la gracia del perdón inmediato y sincero.

Jesús, crece en cada uno de nosotros y envíanos a todo el mundo para dar a conocer tu salvación. Gracias por servirte de nuestra pequeñez para manifestar tu poder.

Espíritu Santo, luz y sal de nuestra alma, manifiéstate a través de nosotros, dando paz y alegría a quienes pongas en nuestro camino.

Santa María, Reina de los Apóstoles, intercede por nosotros con ternura de Madre y llena nuestros corazones de fe.

San José, humilde padre y esposo, protege a esta familia numerosa y procúranos los medios materiales que necesitemos para cumplir nuestra misión itinerante, sin permitir que los convirtamos nunca en fines.

Juan Pablo II, nuestro Santo Patrono, acompáñanos por el mundo y envíanos más locomotoras generosas, trabajadoras y humildes,  que avancen con paso firme por cualquier terreno, confiando solamente en las fuerzas de Dios.

Ángeles del Cielo, custodiad nuestra alma y no permitáis que robemos a Dios la gloria que sólo a Él pertenece. Amén.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Acudimos a tu protección, querido San José, para  presentarte las necesidades espirituales y materiales de esta familia de apóstoles.

A ti, porque Dios Padre te  encomendó la protección de Jesús y María. Ayúdanos a conocer la voluntad de  Dios.

A ti, que obedeciste sin  comprender, renunciando a tus proyectos para realizar los del Cielo. Ayúdanos a confiar y obedecer cuando no entendamos.

A ti, que buscaste cobijo para el Hijo de Dios y viste cómo era rechazado. Ábrenos las puertas cerradas, para que Jesús sea acogido por todos, empezando por nosotros mismos.

A ti, que le adoraste con fe, en compañía de los más sencillos y los más sabios. Ayúdanos a descubrir a Jesús en los demás, sirviendo a todos con alegría, cuando estemos cansados.

A ti, que experimentaste la persecución mortal que amenazaba su misión en la tierra. Ayúdanos a amar a nuestros enemigos.

A ti, que has dormido a la intemperie, sin saber lo que sucedería al día siguiente. Ayúdanos a llevar a Jesús hasta el último rincón de la tierra, sin miedo a salir de nuestra zona de confort.

A ti, que tuviste que emigrar y aprender lenguas nuevas. Ayúdanos a amar y acoger al extranjero.

A ti, que trabajaste con  esfuerzo para sostener a tu familia. Ayúdanos a obtener los recursos necesarios para desarrollar en la tierra los proyectos del Cielo y a  encontrar a los trabajadores con quienes construir cada proyecto.

A ti, que educaste a Jesús, como padre responsable de su crecimiento. Ayúdanos a edificar un hogar en el que acoger y formar  apóstoles. Un hogar en el que  aprender, trabajar y crecer juntos, con Jesús.

A ti, que conociste la tristeza de perderle y la alegría de encontrarle. Ayúdanos a encontrar a Jesús si alguna vez le perdemos.

A ti, que siempre gozas de la dulce compañía de María. Ayúdanos a aportar paz y unidad en nuestra familia.

A ti, que amas y sirves en silencio. Danos la paz del alma, en la prosperidad y en la pobreza, sin permitir que nunca convirtamos los medios materiales en fines.

Gracias, querido San José.

ORACIÓN DE LAS LOCOMOTORAS

Gracias, Padre nuestro, por proteger a la familia de INFINITO+1, que Tú mismo has formado en el corazón de la Iglesia.

Fortalece el amor con el que nos has unido, para  que evitemos toda posible división y, si alguna vez sucediera, la superemos con la gracia del perdón inmediato y sincero.

Jesús, crece en cada uno de nosotros y envíanos a todo el mundo para dar a conocer tu salvación. Gracias por servirte de nuestra pequeñez para manifestar tu poder.

Espíritu Santo, luz y sal de nuestra alma, manifiéstate a través de nosotros, dando paz y alegría a quienes pongas en nuestro camino.

Santa María, Reina de los Apóstoles, intercede por nosotros con ternura de Madre y llena nuestros corazones de fe.

San José, humilde padre y esposo, protege a esta familia numerosa y procúranos los medios materiales que necesitemos para cumplir nuestra misión itinerante, sin permitir que los convirtamos nunca en fines.

Juan Pablo II, nuestro Santo Patrono, acompáñanos por el mundo y envíanos más locomotoras generosas, trabajadoras y humildes,  que avancen con paso firme por cualquier terreno, confiando solamente en las fuerzas de Dios.

Ángeles del Cielo, custodiad nuestra alma y no permitáis que robemos a Dios la gloria que sólo a Él pertenece. Amén.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Acudimos a tu protección, querido San José, para presentarte las necesidades espirituales y materiales de esta familia de apóstoles.

A ti, porque Dios Padre te encomendó́ la protección de Jesús y María. Ayúdanos a conocer la voluntad de Dios.

A ti, que obedeciste sin comprender, renunciando a tus proyectos para realizar los del Cielo. Ayúdanos a confiar y obedecer cuando no entendamos.

A ti, que buscaste cobijo para el Hijo de Dios y viste cómo era rechazado. Ábrenos las puertas cerradas, para que Jesús sea acogido por todos, empezando por nosotros mismos.

A ti, que le adoraste con fe, en compañía de los más sencillos y los más sabios. Ayúdanos a descubrir a Jesús en los demás, sirviendo a todos con alegría, cuando estemos cansados.

A ti, que experimentaste la persecución mortal que amenazaba su misión en la tierra. Ayúdanos a amar a nuestros enemigos.

A ti, que has dormido a la intemperie, sin saber lo que sucedería al día siguiente. Ayúdanos a llevar a Jesús hasta el último rincón de la tierra, sin miedo a salir de nuestra zona de confort.

A ti, que tuviste que emigrar y aprender lenguas nuevas. Ayúdanos a amar y acoger al extranjero.

A ti, que trabajaste con esfuerzo para sostener a tu familia. Ayúdanos a obtener los recursos necesarios para desarrollar en la tierra los proyectos del Cielo y a encontrar a los trabajadores con quienes construir cada proyecto.

A ti, que educaste a Jesús, como padre responsable de su crecimiento. Ayúdanos a edificar un hogar en el que acoger y formar apóstoles. Un hogar en el que aprender, trabajar y crecer juntos, con Jesús.

A ti, que conociste la tristeza de perderle y la alegría de encontrarle. Ayúdanos a encontrar a Jesús si alguna vez le perdemos.

A ti, que siempre gozas de la dulce compañía de María. Ayúdanos a aportar paz y unidad en nuestra familia.

A ti, que amas y sirves en silencio. Danos la paz del alma, en la prosperidad y en la pobreza, sin permitir que nunca convirtamos los medios materiales en fines.

Gracias, querido San José.

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