YO CREO

   Escribo en caliente, nada más terminar de ver el documental YO CREO, ¡que me ha entusiasmado! A ver si logro transmitirlo… porque a veces es difícil hablar de algo que te ha gustado mucho, superando la tentación de contarlo todo. Renuncio a esto último, para no destrozar la película a quienes apuesten por ella y se den la opción de valorarla por sí mismos. Pero no renuncio a animar a verla, convencido de que se trata de una experiencia enriquecedora.

   Lo que más me gusta de YO CREO es su sencillez, que resulta ser clave para su eficacia: va a las esencias de la fe cristiana, como hace y recomienda hacer el Papa Francisco. Esencias de cristianismo, sin perderse en cuestiones secundarias que distraen de lo importante, y sin lanzar fuegos artificiales que seduzcan por sus formas, pero escondan un contenido hueco. En el documental YO CREO se expone la verdad de la fe, de modo amable, sencillo, directo, sin disfraces, con toda su belleza expuesta con total desnudez. Y con un lenguaje apto para todos los públicos.

   Esa sencillez formal me recuerda a la del Evangelio, que defrauda a quienes busquen florituras estilísticas, pero satisface plenamente a quienes esperen un contenido puro y honesto, que tenga una lectura personal directa, íntima, en la propia vida. La forma de YO CREO es también comparable a la oración del Credo, que no está escrita para satisfación y regodeo de literatos, sino para recordarnos la esencia de nuestra fe, sin una palabra que falte, ni una que sobre.

   YO CREO es una herramienta de evangelización y de catequesis que va como anillo al dedo a quien necesite respuestas sencillas, porque tal vez esté un poco cansado de respuestas complejas, provenientes de personas especialmente inteligentes. No es un documental de eruditos para eruditos, sino de sencillos para sencillos. Repito: como el Evangelio, como el Credo. Y como no se puede llegar al núcleo de la fe cristiana eludiendo el misterio, YO CREO lo presenta sobre la mesa directamente, con elegancia y claridad, para quien desee aceptar su existencia innegable y mirarlo cara a cara. Por el mismo motivo, no se escaquea de las dificultades intelectuales que plantea el sufrimiento, el mal, la muerte, la cruz… sino que aborda todo ello con la perspectiva sencilla de quienes miran al dolor de frente, sin miedo a la verdad. YO CREO habla de Dios Padre, de Jesucristo vivo, de la resurrección, del Espíritu Santo, de la Iglesia formada por hombres y mujeres de carne y hueso, del pecado… no falta nada, no sobra nada.¡Me encanta, me entusiasma, me ayuda, me invita de modo amable, respetuoso y elegante a rezar!

Como aperitivo, aquí podéis ver el tráiler:

http://youtu.be/gOnamhpVna4

   Agradezco de corazón a cada una de esas personas que han tenido la generosidad de compartir su fe, su fe vivida, delante de la cámara. Deseo que los productores de YO CREO encuentren, en el camino que ahora han iniciado al lanzar esta película, el mismo cariño, respaldo y promoción que nosotros hemos encontrado con nuestras producciones. Si topáis también con alguna dificultad, del tipo que sea… permitidme este consejo, que nace de haberme visto en esa situación y de no haber sabido siempre reaccionar bien: no le déis la menor importancia, centrad vuestra mirada exclusivamente en lo positivo, que es, con toda seguridad, el bien inconmensurable que vuestra película va a provocar en tantísimos espectadores, hoy y dentro de muchos años, en todo el mundo. Felicidades y gracias.